Hace años aprendí
que el camino no era blanco ni negro,
pero que tampoco era gris.
Que la vida podía llenarse de montones de colores.
De tantos como quieras,
sólo falta desear hacerlo.
Entonces el arcoíris se sacia de tranquilos ojos,
espejo de tenues miradas
cuya energía nos alumbra.
Con el espectro de la luz vuela por el aire,
viene la armoniosa marea
que trae ese mundo a nuestra arcilla.
Color de luz, luz de color
para iluminar tus momentos…
Os deseo Feliz entrada de Año 2.012.
Besos para tod@s