martes, 24 de diciembre de 2013

La pizarra










 
 
Imagina una distancia tan larga como el tiempo. Imagina que el tiempo es un amigo en el que puedes depositar encuentros, en el que las cajas de promesas siguen llenas.

En esos momentos donde las esperanzas eran dueñas de la mente, la niñez se divertía jugando a descubrir nuevas aventuras. El pajarito inglés formaba parte de los juegos. Los cromos y el chicle eran entretenimiento en las manos y la boca. Las canicas de colores saciaban las tardes mientras acariciaban sus redondeces y en cada amanecer, en cada día se soñaban distintos sueños.

Estos días de Navidad formaban parte de los hallazgos más hermosos. Las luces en las calles, los árboles se llenaban de guirnaldas y las esquinas se iluminaban con las caras de los más pequeños.

Esas caras que representaban la inocencia misma incorporada a toda esencia llena de esperanza mientras pajes y reyes repartían alegrías y caramelos…

Recuerdos que en si mismos son, sin duda, parte de uno, caramelo cuya dulzura aún se siente.

Recuerdos, como éste que ofrezco esta Navidad. A veces un miedo a que te llamaran a salir del grupo, otras veces, polvo blanco manchando la ropa y las manos…

Pero el más bonito, ese en el que pintabas el txingo en el suelo, o ese en el que al entrar primero en clase, agarrabas la tiza y te dedicabas a colorear la pizarra para después borrarlo corriendo antes de que viniera el profesor, o ese en el que pintabas en las paredes el nombre del niño o la niña que te gustaba.

Hoy ofrezco recuerdos, magia y vida. La que quiero dejar que se agarre en la tiza que toma tu mano para que escribas lo que más desees sobre la pizarra que todo lo siente. Un cariño, una cita… Sólo falta que elijas lo que tú quieres escribir el resto de los días de tu vida…

 

 

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2014.

 

Y SALUD, MUCHA SALUD.
 
 
 
 

sábado, 14 de diciembre de 2013

Bajo la tormenta


 








  
Últimamente se me agolpan las emociones,
repiqueteando cual gotas de lluvia
contra los transparentes sentimientos
que en últimas noticias, me abruman. 
.
Se alumbra la diaria rutina,
hallada entre encuentros llevaderos,
por cremas que suaves, aportan mimos
y rayos de miradas, iluminando luceros. 
.
El sonoro camino del hola,
entre fichas de dominó que truenan,
convoca silla y rueda arrastrada,
a ritmo de marcha, entre varias mesas. 
.
Una reciente postal me ha contado
la verdad, cuya calma todo lo cuenta
obligándome en cada amanecida mañana,
a cantar y bailar bajo la tormenta.
 
 
 
 
 

domingo, 1 de diciembre de 2013

Campo de sol


 
 
 
 
 
"nos"
 
 
 
Encinta, cubrió de verde los campos. 
.
Arrastró bajos los calores del verano
sinfín de sequías, en sus vástagos al viento.
Abrió sépalos y mostró en el escaparate
amarillos pétalos que dorada la vistieron. 
.
El astuto sol, los atrajo bajo su seducción
alargando sus días bajo un baile continuo.
Y el dorado siguió danzando hasta ser secado,
mientras su prole, de cáscaras se curtía. 
.
De paisajes adornada, muestra su faz la tierra,
que en soles abonada y en raíces curtida,
entrega su amable y crujiente fruto
en líquido ambarino y crish crash de partida. 
.
Girasol, mirabel… Que no cuernos, pero mira al sol.
 
 
 
 
 
 

domingo, 17 de noviembre de 2013

¡Qué belleza! Hoy


 
 
 


 
 
La curiosidad habla por los poros de la piel.
Es como un pequeño gorrión saltando
entre las briznas de hierba
después de abandonado el nido. 
.
Como el inicio de un viaje
que aportará nuevas experiencias. 
.
Como cuando comes spaguettis por primera vez
y la tarea de enrollarlos en el tenedor
es ardua y se complica. 
.
Como ese primer beso que acaricia los labios. 
.
Como el inicio de la lectura de un libro.
¡Qué aventuras traerá!
Como cada vez que la mano toma la tinta
para deslizarla en el papel
que abandonará su blanca desnudez. 
.
Esa curiosidad de niño.
Esa inocencia incomprendida…
¡Qué belleza!
 
 
 
 

lunes, 28 de octubre de 2013

Fluyendo


 
 
 
 
piedras, musgo, cascada, agua, montaa arroyo, deja, Los rboles
 
 
 
 
 
Hoy, la vida me obliga a reconvertirme. Hoy, he de asimilar lo duro que en todo camino se presenta. Esas piedras que en el momento menos inoportuno se te ponen delante y te hacen tropezar. Tras el tropiezo viene la cura, tras la herida hay que buscar que la cicatriz sea sanada lo antes posible.

De estar angustiada, paso a sentirme triste. Y esa tristeza he de combatirla con el día a día, con el trajín diario que trae la rutina. Con un poema o con un rato tocando el piano, con un abrazo o con una charla, con el trabajo, con una comida, con la compañía de las personas que están a mi lado…

Hace años que aprendí donde no tenía que sentarme, hace tiempo que aprendí que había cosas que no podía solucionar, y que tratar de arreglar lo que no estaba en mis manos sólo podía traerme vivir en esa angustia que me podía terminar hundiéndome. Y que la vida es mucho más que eso, que la vida es uno mismo luchando contra esas piedras, a las que hoy trato de forrar de terciopelo, como si de musgo se tratara… Como me dice una amiga, el café me lo tengo que tomar, así que tengo que cargarlo de azúcar.

Alrededor de las piedras, fluye el agua que roza la orilla. Los peces la nadan y algunos animales se sacian en sus humedades. Los árboles ofrecen sombra y ahora en otoño, encuentran encantador regalar sus colores para que floten dejándose llevar por el baile de la corriente.

Porque todo lo que rodea a las piedras va a conformar mi fortaleza, va a traerme energía, para así demostrarme que el tiempo que destine a cuidar al dueño de las piedras, que ha sido y siempre serán mi inicio, sea el menos doloroso posible…

Porque aunque ahora me sienta triste, la vida es mucho más que una tristeza.
 
 
 
 
 
 
 
 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Vida traspapelada


brujula Royalty Free Stock Vector Art Illustration










La rutina vence a la novedad
cuando el deshacer gana al engendrar. 

Lentamente ha viciado sus hábitos
por la ruta de la existencia,
convirtiendo el trayecto en repeticiones habituales
donde no hay lugar para inflexiones. 

Ha tratado de enjabonar el día a día
con extensos libros y periódicos
y una maqueta de pequeños trenes
que ha terminado haciendo añicos. 

Ha extraviado el sentido del sendero
entre visitas al médico y caminatas
cuya marcha le ha llevado, inexorable,
a una senda escarpada y sin retorno. 

Le pregunto y me mira.
Le sugiero y no sé si acierta a escucharme.
Su boca habla verbos sin razones
y frases incomprensibles. 

Cuando no me observa,
se me empaña lo que siento,
porque está perdiendo su brújula
acogiéndose a una vida traspapelada.
 
 
 
 
 

sábado, 28 de septiembre de 2013

Orgulloso de ti


 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hablas de escucha,
susurras sobre la humildad.
Y yo te pregunto el por qué de las burbujas
que salen volando de tus labios. 
.
“Tengo que aprender a escuchar con calma
y a trabajar contra mi orgullo.” 
.
Tus palabras me sorprenden
y me inundan gratamente. 
.
Al final de nuestro encuentro,
un abrazo nos une,
mientras los ojos de ambas
se sacian en agua y gimoteos. 
.
Y me surge la poesía,
cada vez que cierro los párpados
sintiendo lo vivido.
Y me abraza la poesía
porque al verte laborar así
es mi orgullo el que crece,
orgulloso de ti.
.
.
.
 
 
 
 
 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

¿Distintos?













“Tratamos a los demás cómo queremos que nos traten.”

¿Es cierto? ¿O tratamos según nos tratan?

En la primera opción se podría sentir que somos nosotros mismos. Siendo así la elección puede llevar a realizarse, a sumar una serie de acciones que confluyen en la unicidad de cada persona, en hallar ese punto de éxtasis en el que todo fluye alrededor y en uno mismo.

En la vida se interactúa con cientos, miles de personas a lo largo de la existencia. Por lo tanto, también habrá que tener en cuenta, la unicidad del otro, del quien se tiene enfrente y en el que también vive ese punto de éxtasis en el que todo fluye.

El problema surge cuando lo que para uno es básico no lo es para el otro, lo que para uno es primordial, para el otro no lo es. Entonces… ¿en qué basamos el intercambio de experiencias?

Con el tiempo,  podría decirse que se halla una adaptación al entorno, un comprender hasta donde se puede llegar según las relaciones existentes. Habrá personas con las se puedan compartir intensas experiencias y otras con las esas experiencias tendrán que limitarse a pequeños espacios de intercambio.

Porque al final se termina llegando a la misma conclusión. ¿Con qué personas podemos ser nosotros mismos? ¿A cuáles podemos enseñar hasta la más íntima de nuestras inquietudes?

A aquellas que saben respetar nuestros límites, sin lugar a dudas. Pero habrá que tener siempre en cuenta sus límites, pese a no tener nada que ver con los propios.

Así que debiéramos tratar sin sobrepasar límites, con la condición de que recibir lo mismo. Esa unión, esa orilla en la que el agua se entremezcla entre piedras o entre granos de arena.
 
¿Distintos o parecidos?
 
  
 

 
 
 

jueves, 5 de septiembre de 2013

La tarea del verano


 
 
 
 
 
 
 
 
 
El agua ha retrocedido dejando a su paso pequeñas conchas rotas, trocitos de nácar, caracolillos habitados por anacoretas cangrejos.

Y ellos, duendes paseantes de la orilla, toman ese regalo abandonado por las olas marinas, como su labor veraniega.

Se agachan sobre la arena, seleccionando y recogiendo todo aquello que acaricia sus ojos y su ilusión, intacta por la corta edad que les vive dentro.

En casa, su nuevo destino donará a los dones salados esa especial sonrisa que sacia las almas de los pequeños. La de ser un secreto para guardar en una cajita conquiolinas divinas, como si hubieran hallado un tesoro.  Un tesoro con olor a mar.
 
 
 
 
 

martes, 27 de agosto de 2013

La piel del agua


 
 
 
  
 
Piel del agua
sobre la que me gustaría caminar.
 
Piel del agua
bajo la que desearía respirar. 

 
Agua que en caricia,
acaricia la arena que la absorbe.
 
Agua que se desliza entre piedras
redondeando su desnudez. 
 
Tan sentida como cada vez
que tu madura piel provoca
tórridas calideces a mi piel.
 
 
 
 
 
 
 
 

martes, 20 de agosto de 2013

Sfumato


 
 
 
                                                                 
 
"nos"
 
 
 
  Jardines en Le Clos Lucé
 
 

 
En la espesura como sombras anodinas, los gestos pacen en saciados encuentros con los claroscuros del la luz. El rumor del agua que se desliza cercana es, junto a la caricia de hoja con hoja, banda sonora del momento. ¡Qué momento entre sombras!

La luz se desliza cálida dotando de movimiento a cientos de visiones que son dueñas del rincón del bosque.

¡Atrévete a mirar desde otro punto! ¡Siéntelo infinito! Es el mismo instante, en esa esquina junto al agua en la que las miradas se cruzan.

¡Date la vuelta y contempla cómo se observan de reojo!

Según cómo destines tu luz así observarás los ángulos que la del sol ofrece. El sfumato difumina el semblante hasta tornarlo casi indefinido y su límite se perderá en la lejanía de las sombras, allí donde el humo juega a ser línea aunando las perspectivas.

Pareciera que una bruma vaporosa rodeará los rostros bajo el penetrante verde que se deja translucir entre transparencias. Pareciera que saciada, pudiera sentarme sobre la hierba y dejarme llevar tras las emociones que se unen con los sentimientos.

En la espesura, los gestos plasmados sobre tela viven de las miradas ajenas con cada amanecer y cada ocaso, cada día de sol o con las gotas de lluvia sumergiendo sus hilos en lagos colgantes.

Entre árboles, divino sfumato.
 
 
 
 

martes, 13 de agosto de 2013

Para tí


 
 
 
 
 
 
 
Podría hacerme creer
que hoy es un día más.
Pero te tengo en la mente
todos los minutos del transcurrir de las horas. 

Podría no haberme sentado
para escribirte estas sencillas líneas,
en las que quiero recordarte
y también agradecerte demasiado. 

Podría optar por continuar mi caminar diario
sin hacer este pequeño y sublime acto,
pasando las páginas de un libro
o acariciando las teclas de mi amado piano. 

Mas deseo escribirte
para que desde donde estés,
sientas que te siento,
en cada amapola que admiro,
y en las fresas que recojo en el balcón. 

¿Sabes lo que me ayudas cada vez que se me tuerce el día?
Porque te observo en tu dolor,
ese que a ti, tanto daño te hizo
y que a mí las fuerzas me otorga. 

Hoy más que nunca,
deseo que respires y sientas,
estés aquí a mi vera o paseando por otros mundos,
que soy consciente de todo lo que me estás dando.