"nos"
Ese cúmulo de circunstancias que forman parte del
camino…
La vida, a veces tan dulce, en ocasiones tan arisca.
Tan arisca que cuando sucede algo inevitable, te coloca al borde del límite y
observas la línea que separa el bienestar de la desazón, clara, tangible, tanto
que puede rozarse infinita.
Pero por las experiencias vividas sabes que las
fuerzas se renovarán y volverán a encontrarse. Desconociendo de qué manera o
cómo, te sujetas al día a día con garras de águila, con ojos de halcón
sintiendo cada instante profundo y único.
Este año ha sido complicado porque lo inevitable
vino a unirse una vez más a la existencia y sientes que es injusto o que por qué es así. Ves la vida escapándose
del cuerpo de una persona cercana y la rabia se apodera de ti a ratos y luego
el llanto y luego…
Y ves a una chiquilla que llora y que se envalentona
ante esas emociones. Que aunque madre, ahora es una niña que vive la muerte de
una época. Que se agarra a sus hijos, que se desgarra por dentro, pero continúa adelante y que en un momento de poder
desahogarse nos pide con esa dulzura que la caracteriza… ¿Y si hiciéramos algo
en Navidad?
De l@s cuatro herman@s, cuatro hijas. Sus manos más
las mías detrás de la cámara. Observo sus manos, cálidas y amables. Cuatro primas hablando, mirándonos. Hay más prim@s,
sobrinos, tíos, abuelos, familia, pero entre las cuatro hay conexión. Se siente,
se paladea.
Desde una muerte y una tristeza, el día de Navidad
se ha vivido distinto, único, y sabemos que será el principio de otros días y
de otras Navidades en familia. De vivir estas fiestas a través de una llamada
de teléfono, nos hemos acompañado para sentirlas juntos, unidos sacando del fin
de una vida el camino de la esperanza, el sendero de la unión.